Desafíos nutricionales para el nuevo año
Hacia una Alimentación Consciente y Saludable
El inicio de un nuevo año nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestros hábitos alimenticios y establecer metas para mejorar nuestra salud. Hoy enfrentamos diversos retos nutricionales que pueden marcar la diferencia en nuestra calidad de vida. Aquí, exploraremos algunos de estos desafíos y cómo abordarlos para lograr una alimentación más consciente.
1. Reducción de Azúcar Añadida: El consumo de azúcar añadida ha sido vinculado a diversas enfermedades crónicas. Este año, el reto es reducir conscientemente el consumo de azúcares refinados, educando el paladar a tenores más bajos de dulce o acostumbrarnos a sabor propio de los alimentos, en ultimo caso utilizar bajas dosis de edulcorantes.
2. Evitar Alimentos Ultraprocesados: Los alimentos ultraprocesados, como los hot dogs, cereales en caja para niños, refrescos artificiales, gaseosas, a menudo contienen ingredientes desconocidos y aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud. El reto es elegir alimentos que puedas reconocer como naturales y minimizar la ingesta de productos altamente procesados. Prioriza alimentos frescos, frutas, verduras, agua y proteínas reconocibles como pollo, pescado, huevo, atún, lácteos.
3. Aumentar el Consumo de Iodo: Incorporar más yodo en nuestra dieta es esencial, y el pescado emerge como una fuente destacada de este mineral escaso en la alimentación de muchos peruanos. El desafío reside en diversificar las opciones de pescado semanal, incluyendo variedades como perico, pejerey, bonito, salmón y atún. Es importante destacar que los pescados marinos, en general, contienen niveles más elevados de yodo en comparación con sus contrapartes de agua dulce. Aunque estos últimos poseen cantidades más modestas, no menos significativas para nuestra salud.
Además de ser ricos en yodo, tanto los pescados de mar como los de agua dulce aportan ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular. Mientras que los pescados marinos lideran en la cantidad de estos ácidos beneficiosos, los de agua dulce también contribuyen a este beneficio.
4. Aumentemos el consumo de Vitamina A: La carencia de vitamina A afecta a muchos peruanos y es vital enfrentar este desafío mediante la incorporación estratégica de alimentos ricos en esta vitamina esencial. Incluyamos en nuestra dieta diaria opciones como hígado, zanahorias, camotes, espinacas, espárragos, alcachofas, mangos, papaya, entre otros ejemplos. Un indicador valioso es que, a menudo, la intensidad del color en los vegetales sugiere un mayor contenido de vitamina A o betacaroteno (su precursor).
La gama de colores en nuestros platos, proveniente de vegetales vibrantes, señala una ingesta significativa de vitamina A. Esta sustancia no solo promueve la salud ocular, sino que también refuerza nuestro sistema inmunológico y contribuye al bienestar de nuestra piel.
Al llenar nuestro plato con una paleta diversa y colorida de alimentos, no solo transformamos visualmente nuestras comidas, sino que también nutrimos nuestro cuerpo con los elementos esenciales para una vida saludable. ¡Vamos más allá del reto de la deficiencia de vitamina A y celebremos la vibrante variedad de opciones que fortalecerán nuestra salud integral!
5. Aumentar los alimentos ricos en hierro: La anemia, especialmente causada por la deficiencia de hierro, es una preocupación significativa en el Perú. Para superar este desafío, es fundamental incorporar alimentos con alto contenido de hierro, especialmente aquellos de origen animal como carne magra, pescado y aves. La inclusión de estos alimentos fortalecerá la salud y combatirá la fatiga asociada con la anemia.
Este nuevo año nos brinda la oportunidad de tomar el control de nuestra salud a través de la alimentación consciente. Al abordar estos desafíos nutricionales, no solo mejoramos nuestro bienestar individual, sino que también contribuimos a la construcción de comunidades más saludables y sostenibles. Como parte de este esfuerzo, debemos también buscar comprar productos nacionales, apoyando así la economía local y fomentando el bienestar de nuestro país. ¡Afrontemos juntos estos retos y celebremos un año de hábitos alimenticios positivos y transformadores que benefician no solo nuestra salud sino también el tejido económico de nuestra nación!
