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Ácido Úrico Elevado

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El ácido úrico es un químico que se crea cuando el cuerpo descompone fisiológicamente unas sustancias llamadas purinas (componente del ADN y ARN) y mediante el metabolismo de la fructosa en el hígado, un tipo de azúcar contenido en las frutas, en azúcar de mesa y el jarabe alto en fructosa con el que se endulzan muchas bebidas y productos envasados. Las purinas se encuentran en algunos alimentos y bebidas. La mayor parte del ácido úrico se disuelve en la sangre y viaja a los riñones. Desde ahí sale a través de la orina. Si su cuerpo produce demasiado ácido úrico o no lo elimina en cantidades suficientes, produciendo la hiperuricemia y generar gota.

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Aproximadamente una de cada cinco personas tiene un nivel de ácido úrico alto. Esto puede estar relacionado con crisis de gota o el desarrollo de cálculos renales. La mayoría de las personas con niveles de ácido úrico altos no tienen ningún síntoma ni problemas relacionados.

Causas

La mayoría de las veces, hay un alto nivel de ácido úrico cuando los riñones no eliminan el ácido úrico de manera eficaz. Los motivos que pueden causar esta disminución en la eliminación del ácido úrico incluyen tener sobrepeso, tener la insulina elevada, padecer diabetes, tomar determinados diuréticos y beber demasiado alcohol. Otras causas menos frecuentes son una dieta rica en elementos que contienen purinas o el hecho de que el cuerpo produzca demasiado ácido úrico.

Algunos de los factores que pueden aumentar el nivel de ácido úrico en la sangre son los siguientes:

  • Genética (tendencias heredadas)
  • Hipotiroidismo
  • Medicamentos inmunodepresores
  • Niacina o vitamina B3
  • Psoriasis
  • Dieta rica en purinas de origen animal
  • Bebidas alcoholicas
  • Insuficiencia renal
  • Síndrome de lisis tumoral (una liberación rápida de células en la sangre que provocan ciertos tipos de cáncer o la quimioterapia que se utiliza para tratarlos)

Datos curiosos

  • Una mayor ingesta de vitamina C se asocia a un menor riesgo de hiperuricemia y gota (Dosis de 500 mg/día o mayores se asocian en algunos estudios con un menor riesgo de gota).
  • Una mayor ingesta de fibra se asocia a niveles séricos significativamente más bajos de ácido úrico y reducción del riesgo de hiperuricemia y gota. Este efecto podría deberse a la inhibición de la absorción de adenina o purinas en el aparato digestivo por la fibra de la dieta.

Alimentos que aumentan los niveles de ácido úrico

  1. Mariscos (cangrejos, langostinos, ostras, almejas y mejillones)
  2. Pescados con énfasis en los azules (sardinas, salmón, atún)
  3. Carnes (musculos) como: carnes rojas, blancas, vísceras, extractos de carne y embutidos
  4. Cerveza y licores derivados de la uva como vino y pisco
  5. Azúcar, los refrescos y los jugos de fruta comerciales que tengan jarabe de maíz alto en fructosa o cualquier azúcar
  6. Legumbres (lentejas y habas) Estos vegetales tienen un menor efecto en la elevación del ácido úrico, por ello se pueden consumir con moderación.
  7. Verduras (champiñones, coliflor, espárragos y espinacas) Estos vegetales tienen un menor efecto en la elevación del ácido úrico, por ello se pueden consumir con moderación.
  8. Consomés de carne

Por el contrario, son bajos en purinas los productos lácteos (leche, queso, yogur, helados), huevos, cereales y sus productos (pan, pasta, cereales), verduras (lechuga, tomates y otras verduras, salvo las referidas previamente) y nueces.

Recomendaciones dietéticas y de estilo de vida en hiperuricemia y gota

Aunque el hecho cardinal de la gota es la artritis, la gota es una enfermedad metabólica asociada a elevados niveles de ácido úrico. La hiperuricemia y la gota se asocian,como antes mencionado, con diversas entidades metabólicas y vasculares, incluyendo obesidad, hipertensión arterial, dislipemia, resistencia a la insulina, diabetes mellitus, litiasis renal, insuficiencia renal, arteriosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Estas comorbilidades de la gota y su asociación independiente con el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular en el futuro, nos obligan a no conformarnos únicamente con un tratamiento adecuado de la gota, sino también a promover decididamente la adopción de hábitos dietéticos y estilos de vida más sanos, en especial en relación con la reducción del riesgo cardiovascular.

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